La guía del Museo del Mar, Cecilia Lorenzo ha afirmado que la historia de la mujer pescadora aún está por escribir, pues casi todos los documentos hablan de las faenas laborales que hacían los hombres y casi nunca del papel fundamental de las mujeres por Catherine Carey
En la visita al Museo del Mar situado en la antigua casa del farero de Vilanova i la Geltrú, Lorenzo ha explicado que las dos principales actividades económicas de Vilanova i la Geltrú eran la pesca y el comercio.
Respecto a la pesca, aunque siempre se ha considerado que es un trabajo destinado a ser masculino, Lorenzo ha explicado que se trata de una concepción puramente cultural. Para afirmar esto se ha apoyado en las explicaciones del arqueólogo de las ruinas de Adarró que ha demostrado que arqueológicamente no hay restos que demuestren diferencias sexuales en qué tipo de trabajos hacían los hombres y cuáles las mujeres. Por las muestras arqueológicas no se sabe si las mujeres hacían una cosa u otra. Por contra, según la historia las mujeres solían hacer las tareas domésticas y textiles y los hombres hacían faenas relacionadas con la fuerza física como la pesca.
En la visita al Museo del Mar situado en la antigua casa del farero de Vilanova i la Geltrú, Lorenzo ha explicado que las dos principales actividades económicas de Vilanova i la Geltrú eran la pesca y el comercio.
Museo del Mar y el faro. Fotografía por Catherine Carey |
Lo que si que se puede afirmar es que había ya pesca des de que hubo el poblado ibérico de Adarró entre los siglos VII-IaC por los restos de ánforas, redes y anzuelos, pero no se puede afirmar que los hombres eran quienes se dedicaban a la pesca y las mujeres a otras labores.También estos restos muestran que ya des del siglo I aC se comercializaba con otros puntos del Mediterráneo y este trabajo si que lo hacían predominantemente los hombres aunque había excepciones.
En la pesca las mujeres han tenido un papel principal en las empresas familiares. Mientras que el hombre normalmente iba a pescar, la mujer o las hijas hacían una serie de trabajos imprescindibles como remendar las redes, coser las velas y vender el pescado, labores no remuneradas.
Por lo general, las mujeres podían hacer dos jornadas. La primera seria en casa, es decir, las tareas domésticas que no era un trabajo remunerado y la segunda en la empresa familiar. Eran jornadas duras y esta se podía ampliar con una tercera jornada en las primeras fábricas como la Fábrica de mar y talleres de confección cuando llegó la industrialización de la ciudad. Esta si solía ser remunerada, pero cobraban menos que los hombres e incluso llegar a cobrar la mitad de su salario.
Cabe decir que una de las más fábricas más importantes fue la Fábrica de mar, una fábrica textil donde trabajaron muchos niños y mujeres y la Pirelli en el 1902 que no era textil. También, aunque la mayoría de las trabajadoras de las fábricas eran mujeres, los encargados de las fábricas siempre eran hombres.
Los argumentos para justificar esta diferencia salarial eran que la mujer hacia el trabajo de forma temporal pues cuando se casaban y tenían hijos dejaban la fábrica, aunque a veces trabajaban toda la vida en la fábrica. Otro argumento era que hacían trabajos no especializados, mientras que el hombre sí. También se decía que las mujeres tenían tendencia a hablar, cantar, se distraían mucho y se cansaban rápidamente.
Por otra parte, el hecho de trabajar en una fábrica en los inicios de la industrialización estaba mal visto en las mujeres porque se veía como que dejaban de cuidar de su casa para ir a trabajar. Según Lorenzo, popularmente se extendió la forma de decir a las mujeres de las fábricas las chinches pues se las veía como las usurpadoras del trabajo de los hombres.
La segunda actividad económica más relevante junto la pesca era el comercio. La ciudad entre el siglo XVIII y XIX experimentó un gran progreso gracias al comercio con América ya que desde Vilanova y otros puntos de la costa catalana marchaban muchos negociantes a exportar vino y aguardiente e importaban productos de las diferentes zonas americanas. En Vilanova hubo sobretodo mucho negocio con Cuba de donde importaban productos típicos cubanos como el cacao, azúcar, algodón y tabaco.
En este comercio cobra mucha importancia la figura de los indianos o americanos que eran los que comercializaban con América. Estos trajeron mucho dinero a Vilanova fruto de los negocios en América. La mayoría de los indianos eran hombres, pues entre 1820 y 1862 marcharon 818 hombres a Cuba, mientras que sólo 16 mujeres. Estas mujeres normalmente eran las esposas de los indianos y los acompañaban.
Por otro lado, las mujeres de los indianos que no viajaban con ellos y les esperaban en casa eran las encargadas de administrar el dinero que ellos traían. Como curiosidad, ha explicado Lorenzo que estas mujeres destinaban mucho dinero a la beneficencia y se crearon escuelas, se trajo el agua potable, se creó la casa de amparo, etc. Esta mujeres no aparecen directamente en las construcciones que ellas potenciaron pues estas llevan el nombre de los indianos, pero hay que pensar que ellas impulsaron estos proyectos.
Cuando el comercio con América se empezó a quebrar a finales del siglo XIX porque España perdió la colonia de Cuba y hubo la crisis de la filoxera que provocó que durante mucho tiempo no se pudiera exportar vino, la pesca volvió a coger impulsó. Un impulso que el 1954 se consolidó con la construcción del puerto y que ha hecho que Vilanova hoy en día sea uno de los puertos más importantes de la costa catalana.
El puerto actual cuenta con una flota de 70 barcos y con actividad de lunes a viernes pero ahora no hay ningún pescadora. Esto no siempre fue así, como ha recordado Lorenzo pues hubo mujeres pescadoras antaño. Trinitat Botifoll Lázaro fue la primera mujer en sacarse la licencia de pesca en el 1970 y hay el testimonio de Antonia Ruiz que es una mujer que ha trabajado siempre como pescadora hasta que se jubiló.
Lorenzo también ha querido resaltar dos figuras importantes dentro de la pesca: las remendadoras y la mujer del farero. De remendadoras solo quedan 2 mujeres que se encargan de este oficio, aunque antes había hasta 17 que trabajaban directamente para la cofradía de pescadores y cobraban un sueldo mensual.
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Evolución de la facha marítima y la creación de fábricas (bloques negros) desde 1300-1960. Fotografía por Catherine Carey |
En este comercio cobra mucha importancia la figura de los indianos o americanos que eran los que comercializaban con América. Estos trajeron mucho dinero a Vilanova fruto de los negocios en América. La mayoría de los indianos eran hombres, pues entre 1820 y 1862 marcharon 818 hombres a Cuba, mientras que sólo 16 mujeres. Estas mujeres normalmente eran las esposas de los indianos y los acompañaban.
Por otro lado, las mujeres de los indianos que no viajaban con ellos y les esperaban en casa eran las encargadas de administrar el dinero que ellos traían. Como curiosidad, ha explicado Lorenzo que estas mujeres destinaban mucho dinero a la beneficencia y se crearon escuelas, se trajo el agua potable, se creó la casa de amparo, etc. Esta mujeres no aparecen directamente en las construcciones que ellas potenciaron pues estas llevan el nombre de los indianos, pero hay que pensar que ellas impulsaron estos proyectos.
Cuando el comercio con América se empezó a quebrar a finales del siglo XIX porque España perdió la colonia de Cuba y hubo la crisis de la filoxera que provocó que durante mucho tiempo no se pudiera exportar vino, la pesca volvió a coger impulsó. Un impulso que el 1954 se consolidó con la construcción del puerto y que ha hecho que Vilanova hoy en día sea uno de los puertos más importantes de la costa catalana.
El puerto actual cuenta con una flota de 70 barcos y con actividad de lunes a viernes pero ahora no hay ningún pescadora. Esto no siempre fue así, como ha recordado Lorenzo pues hubo mujeres pescadoras antaño. Trinitat Botifoll Lázaro fue la primera mujer en sacarse la licencia de pesca en el 1970 y hay el testimonio de Antonia Ruiz que es una mujer que ha trabajado siempre como pescadora hasta que se jubiló.
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Trinitat Botifoll en su barca Trinitat en un día de pesca el 1970. Fotografía por Catherine Carey |
Por otro lado, ha destacado la figura de Àngela Massanet Alzina que fue la mujer del primer farero que estuvo en el faro en 1905.Ser farero era un oficio plenamente masculino, pero sin la faena de mantenimiento y limpieza que hacía la esposa no se podría hacer bien el trabajo de farero ya que todo tenia que estar bien ordenado y anotado en un inventario para que el siguiente farero que se instalase en ese faro supiera que se encontraría.
La visita ha acabado visitando el Museo de Curiosidades Marineras Roig Toqués. Lorenzo ha querido destacar la figura de su esposa Maria Raspall, porque fue ella,que entre muchas cosas, cosía las velas de los objetos de coleccionista de su marido y también hacia las películas donde salia su esposo.
El faro. Fotografía por Catherine Carey |
El museo del Mar y el de Curiosidades Marineras de Vilanova i la Geltrú ha abierto sus puertas de forma gratuita el pasado 10 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer y es la segunda edición de este evento.
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