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La previsión de la falsa crisis

El crash del 2010, escrito el 2009 por el conocido economista Santiago Niño Becerra, es un libro con el que el autor, catedrático de Estructura Económica en la Universidad Ramon Llull de Barcelona, ​​intenta prever la crisis de 2010 por Carla Martínez Ballart


Santiago era, hasta entonces, uno de los economistas que más había acertado en sus previsiones sobre la crisis, por lo que su libro fue uno de los más vendidos en España en ese momento. Su lectura para comprender el mundo que viene fue molido recomendada.

En el libro se expone que en aquella época se está en fase de pre-crisis y que la verdadera crisis comenzaría a mediados del 2010. Cabe destacar que el profesor escribió su libro con una neutralidad exquisita, intentando acertar el futuro sabiendo que nada está escrito, y aceptando que si se equivocaba le podrían reprochar.

Personalmente, no me esperaba un estudio técnico económico de la crisis, un tratado que estaría sólo al alcance de los especialistas en la materia. Es una obra de propósito divulgativo, y como tal tiene, por fuerza, sus esclavitudes. Pero aún así, me ha sabido a poco. A fuerza poco. En pocas páginas, por mi juicio, se despacha toda la explicación de su Teoría del Crack de 2010.

Según el autor, la crisis impondría conceptos como utilidad, eficiencia, no desperdicio y aprovechamiento, aunque esto supondría cambiar cosas que hasta ahora eran impensables. Asimismo, los conceptos como colectivo, coordinación, colaboración, irían tomando cada vez más importancia. Habría un cambio en el sistema. Una nueva forma de entender. El fin del pensamiento en singular, en individual, para empezar a pensar a nivel grupal, no tanto en la perspectiva del conjunto de todos hacen un todo, sino la suma de cada uno forma un colectivo.

Las políticas y actuaciones económicas estarían orientadas a la supervivencia, en una situación de escasez generalizada de recursos productivos como de capacidad de compra de la población, acabando con el concepto de seguridad. Los puestos de trabajo fijos, indexación de salarios a la inflación, la responsabilidad social de las empresas, los contratos indefinidos, etc., ya no serían importantes, lo único importante sería la supervivencia.

También se habla de la falta de recursos públicos en el modelo de protección social (pensiones, subsidio por desempleo, etc.). En estos términos se empeoraría de manera importante, así como su grado de cobertura que no sería total, generalizando más el pago por los servicios públicos recibidos, el llamado copago, que ya existe en varios países europeos. La nueva forma de hacer las cosas que llevaría las crisis provocaría que los gobiernos promulguen un gran número de normativas reguladoras que deben ser el embrión de una nueva estructura económica y social.

Cuando habla de la crisis que comenzará entra en el más interesante, desde mi punto de vista. Únicamente importaría lo necesario. Implantaría una economía de subsistencia, en la que los intercambios se reducirían a un nivel muy primario y cercano.

La recuperación vendría dentro de unos años, pero no como hasta entonces, el crédito fácil, dinero fácil, consumo fácil. La recuperación debería sustentar en una reestructuración de las relaciones productivas, en el desarrollo de nuevos recursos energéticos y materias primas, más los espectaculares avances en genética.

Las actividades vinculadas al aprovechamiento y la optimización, según el economista, tendrían mucho futuro. En general todo lo que conocemos como el sector R: reciclaje, reutilización, rehabilitación, etc.

Esto significa que primaria la idea de reutilización, el concepto de barato, de mercado, de útil, en definitiva, tanto para que los recursos disponibles serán escasos, como para que las rentas individuales medias sufrirían un importante retroceso, al tiempo que la capacidad de endeudamiento personal casi desaparecería. Lógicamente todos los trabajos relacionados con la logística serían esenciales, fundamentalmente porque una muy buena logística es la base de la mejora productiva.

Habiendo leído el libro, en 2019, y habiéndome informado del pasado, creo que es un buen libro a pesar de haber fallado en algunas de sus profecías. Como he comentado al principio, escribir una previsión del futuro puede conllevar que te reprochen si fallas, y eso es lo que le pasó al autor.

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