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El exdirector de El Mundo denuncia acuerdos entre la cúpula del IBEX y el diario


David Jiménez, en un fragmento de su libro El Director, explica la llamada que recibió de un alto cargo del IBEX-35 pidiendo explicaciones por su obra, que ha suscitado un auténtico terremoto dentro del sector periodístico. El relato perjudica gravemente la imagen del medio y también de la bolsa española Por Carla Martínez 

Publicado el pasado mes de abril, Jiménez, director de El Mundo poco más de 365 días (2015-2016), pone en manifiesto informaciones comprometidas de los grandes directivos que conforman el sector bursátil de España. 300 páginas le bastan al autor para sacar a la luz anécdotas sobre las presiones políticas y los intereses empresariales sobre el derecho a la información. El libro pretende desnudar las miserias del periodismo español: durante muchos años las empresas obsequiaban a los periodistas a cambio de esconder información negativa sobre ellas.
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Portada del libro del barcelonés David Jiménez


Jiménez, el encargado de suceder a Pedro J. Ramírez, afirma que estos acuerdos supusieron durante la crisis económica el último recurso de muchos medios de comunicación. "En las redacciones se había interiorizado que empresas como Telefónica, el Banco Santander o El Corte Inglés eran intocables. Los directores de comunicación del Ibex habían adquirido un gran poder sobre los medios, distribuyendo sus presupuestos en función de la influencia que atribuían a cada uno y castigando a los díscolos ", declara Jiménez en el capítulo “Los Acuerdos”.  Las corporaciones tenían la última palabra sobre cualquier información que pudiesen publicar los medios escritos. Este hecho provocó que los diarios hablasen bien de las empresas con el objetivo de garantizarse su propia supervivencia.

“El poder económico protegía al poder político. El poder político protegía al poder económico. La prensa protegía al poder económico" describe en un fragmento el autor. El exdirector de El Mundo afirma que una “buena reputación” de una empresa nunca puede prevalecer por encima de la información. En abril de 2013, todos supimos del derrumbe de una fábrica textil en Bangladesh nombrada Rana Plaza, una de las sucursales de El Corte Inglés. Provocó más de un millar de muertos. De las muchas crónicas que se enviaban desde el lugar del accidente, sólo una no llevaba referencias de la empresa distribuidora, la del diario "El Mundo". La explicación, bien sencilla: David Jiménez ordenó no ensuciar la imagen de la corporación. También hay que lamentar, y no poco, que el autor aunque sienta cierto arrepentimiento, en su momento se hubiera contagiado de las cloacas del país.

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