Los líderes políticos celebraron un debate pesado e intenso, con acusaciones constantes, en un intento de atraer al
importante número de votantes indecisos para las elecciones de este próximo
domingo. En ambos canales de la corporación de Atresmedia (Antena 3 y la Sexta), se emitió #ElDebateDecisivo con los cuatro máximos aspirantes para gobernar España por Carla Martínez Ballart
En materia de economía, hubo confusión hasta tal punto que hizo ininteligible en ocasiones saber quién decía la verdad. Primeramente, el candidato del partido socialista obrero español (PSOE), Pedro Sánchez, admitió que no derogará la reforma laboral del Partido Popular, sino que aprobará un nuevo Estatuto de los Trabajadores. En su discurso también prometió una nueva política económica para los autónomos que cotizarían en función de sus ingresos.
Pablo Iglesias de Unidas Podemos se comprometió a luchar contra la figura del “falso autónomo”, incrementar el Salario Mínimo Interprofesional, hacer gratuitas las escuelas infantiles y subir las pensiones. Un sistema que carece de sostenibilidad financiera y que ningún candidato especificó cómo solventarlo.
Por otra banda, Albert Rivera de Ciudadanos (Cs), demandó incentivar la natalidad y abogó por una mayor "flexibilidad" para combatir la "precariedad" en el trabajo mediante un contrato único, facilitando así las causas del despido a los empresarios y disfrazar la temporalidad con falsos indefinidos. Crear empleo de calidad significa limitar la temporalidad injustificada.
Pablo Casado anticipó "una crisis brutal" si el PSOE sigue en Moncloa poniendo en evidencia un gráfico, sin eje de ordenadas, de una "supuesta" subida de impuestos del gobierno de Sánchez. El líder del Partido Popular (PP) insiste en la desaceleración española durante este periodo, pero obvia un mayor ritmo de crecimiento que la Unión Europea en plena ralentización económica mundial.
En materia fiscal, el líder del PP insistió en su plan de relax fiscal, que cifró en 700 euros al año por contribuyente. "El debate no es bajar los impuestos, sino a quién", replicó Sánchez, que se comprometió a perseguir el fraude. Pablo Iglesias aseguró que él elevaría la presión sobre la banca o las multinacionales para rebajar la luz o el IVA de productos básicos. También se mostró totalmente de acuerdo a limitar a las “empresas del IBEX-35” y “de la compra de políticos por grandes empresas”.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, recalcó durante sus intervenciones que suprimirá “en tan solo cien días" el impuesto de sucesiones, al que calificó como el "impuesto de la muerte", siguiendo el clásico de marketing estadounidense de los republicanos. Además, el líder de Ciudadanos, aseguró hacer innovadoras políticas económicas nuevas “debido a que el mercado laboral español está obsoleto”, otra vez sin decir de qué forma.
En materia de economía, hubo confusión hasta tal punto que hizo ininteligible en ocasiones saber quién decía la verdad. Primeramente, el candidato del partido socialista obrero español (PSOE), Pedro Sánchez, admitió que no derogará la reforma laboral del Partido Popular, sino que aprobará un nuevo Estatuto de los Trabajadores. En su discurso también prometió una nueva política económica para los autónomos que cotizarían en función de sus ingresos.
Pablo Iglesias de Unidas Podemos se comprometió a luchar contra la figura del “falso autónomo”, incrementar el Salario Mínimo Interprofesional, hacer gratuitas las escuelas infantiles y subir las pensiones. Un sistema que carece de sostenibilidad financiera y que ningún candidato especificó cómo solventarlo.
Por otra banda, Albert Rivera de Ciudadanos (Cs), demandó incentivar la natalidad y abogó por una mayor "flexibilidad" para combatir la "precariedad" en el trabajo mediante un contrato único, facilitando así las causas del despido a los empresarios y disfrazar la temporalidad con falsos indefinidos. Crear empleo de calidad significa limitar la temporalidad injustificada.
Pablo Casado anticipó "una crisis brutal" si el PSOE sigue en Moncloa poniendo en evidencia un gráfico, sin eje de ordenadas, de una "supuesta" subida de impuestos del gobierno de Sánchez. El líder del Partido Popular (PP) insiste en la desaceleración española durante este periodo, pero obvia un mayor ritmo de crecimiento que la Unión Europea en plena ralentización económica mundial.
En materia fiscal, el líder del PP insistió en su plan de relax fiscal, que cifró en 700 euros al año por contribuyente. "El debate no es bajar los impuestos, sino a quién", replicó Sánchez, que se comprometió a perseguir el fraude. Pablo Iglesias aseguró que él elevaría la presión sobre la banca o las multinacionales para rebajar la luz o el IVA de productos básicos. También se mostró totalmente de acuerdo a limitar a las “empresas del IBEX-35” y “de la compra de políticos por grandes empresas”.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, recalcó durante sus intervenciones que suprimirá “en tan solo cien días" el impuesto de sucesiones, al que calificó como el "impuesto de la muerte", siguiendo el clásico de marketing estadounidense de los republicanos. Además, el líder de Ciudadanos, aseguró hacer innovadoras políticas económicas nuevas “debido a que el mercado laboral español está obsoleto”, otra vez sin decir de qué forma.
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| Los líderes de las diferentes formaciones durante #ElDebateDecisivo |
En la materia de vivienda, Cs y PP compitieron por liderar una ley “antiokupas” después de que el candidato de Unidas Podemos arengara contra la especulación inmobiliaria, los desahucios sin alternativa habitacional y reivindicara que los tenedores de más de diez pisos vacíos deban sacarlos al mercado. Rivera aprovechó para prometer que su ley de vivienda “será tan efectiva no se podrá okupar ni en la casa del señor Iglesias".
El público joven tuvo poca presencia en el discurso de los cuatro líderes. Sánchez apeló al voto de los y las jóvenes incrementando la oferta pública joven para “velar por una economía que luche por la emancipación y por unos trabajos dignos que les permita una independencia económica”. El líder de Unidas Podemos para finalizar el bloque de economía proponía unas políticas laborales que “recuperen la dignidad laboral de la mayoría social y propicie un futuro digno para jóvenes”.
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