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La mujer latina sigue por debajo del hombre en el mercado laboral

La incorporación femenina al trabajo se ha ralentizado en regiones con aún notables desigualdades de género, por Júlia Bonilla

En América Latina y el Caribe las mujeres todavía enfrentan grandes desigualdades. Ganan un 83% del salario masculino y llevan a cabo los trabajos peor remunerados (el 78% está en sectores de baja productividad y el 60% en la economía sumergida). Además, tienen menor índice de progresos en su trayectoria (sólo el 4,2% de los directores ejecutivos en Latinoamerica son mujeres) y dedican mayor tiempo a las tareas domésticas, según datos que publica El País. 


(Imagen: UANL)

Según el Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Universidad de la Plata de Argentina, la participación femenina en la vida laboral ha perdido fuerza. Mientras alcanzaba el 0,9% anual en los 90,a partir del 2000 se ha reducido al 0,3% anual. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la participación laboral femenina en América Latina y el Caribe llega al 51,7% frente a la media mundial del 48,2%, mientras que la masculina alcanza el 77,1%, por encima de la mundial, del 75%.

Tal y como explica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en El País, una posibilidad que explica el estancamiento es que la tasa de actividad laboral femenina se esté acercando a un techo, o a lo que sería una tasa natural de participación. Mientras en la mayoría de los países con presencia femenina en el mercado laboral, la tasa de participación de mujeres sigue subiendo sin signos de estar acercándose a un techo. Otra posibilidad que alegan es el crecimiento económico que la región experimentó entre el año 2000 y el 2010. En un panorama laboral optimista, la presión sobre algunas mujeres por buscar empleo puede haber disminuido.

El CEDLAS, además, explica tres razones por el que las mujeres no están en el mercado laboral, todas ellas relacionadas con el ámbito doméstico. La primera está relacionada con el hecho de que su cónyuge o familiares no se lo permiten. También tiene protagonismo la responsabilidad del cuidado del hogar y de la familia o la imposibilidad de encontrar a alguien que se ocupe de ello. Por último, tiene que ver también el coste de los servicios de cuidados, que es más elevado que los ingresos que obtienen en el mercado laboral. La proporción de mujeres que deciden no salir al mercado laboral por cuestiones familiares supera el 50%, según los estudios.